Los obreros de construcción civil tienen un semillero de luchadores olímpicos en Villa El Salvador. El deporte ha sido la oportunidad para que muchos de ellos cambien su destino.
Jaime Apaza Tamariz, entrenador de lucha olímpica de la categoría Escolares, lleva cuatro años en este módulo deportivo, aquí, en esta estructura de cemento de un piso en medio de la arena. El módulo deportivo que pertenece al fondo de los trabajadores de construcción civil (Conafovicer), donde enseña a los niños y adolescentes este deporte de contacto.
Deportista de alto rendimiento, campeón internacional de lucha en estilo libre, hace más de 15 años, encontró en este deporte una oportunidad para ingresar a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos a estudiar Educación Física.
Lo acompaña en esta tarea Luis Ríos Sedano, entrenador del equipo de cadetes (15-17 años) y junior (17-20 años), otro campeón internacional en categoría Junior. “Yo vivía cerca al estadio Iván Elías Moreno, aquí en Villa El Salvador. Tenía carencias económicas e iba al estadio porque daban un vaso de leche a los que participaban en el deporte. El karate estaba lleno, así que fui a la lucha. Tenía 10 años”, recuerda.
Apaza, por su lado, señala que “la lucha no era conocida en Villa. Solo por curiosidad entrabas”. Para él, lo que diferencia a este de otros clubes es el trabajo en equipo, en familia, porque más que deportistas son una familia, considera. “Como familia, nos protegemos. La mayoría de estos chicos, igual que nosotros en nuestro momento, necesitaban un trabajo no solamente deportivo, sino social”, afirma.
Señalan que muchos de los luchadores, hijos de obreros y otros del lugar, llegan aquí con problemas sociales, económicos, personales, y aquí encuentran un deporte para hacer un buen uso del tiempo libre. “Los resultados se verán en su momento, pero priorizamos el buen uso del tiempo libre en el deporte”, señala Apaza. La carrera deportiva es muy ingrata, comentan. Una lesión y se acabó todo.
A los hijos de obreros de construcción civil no se les cobra. Es gratis. Y tienen tres niveles de preparación: recreativo, competitivo y campeones internacionales. Actualmente, tienen campeones nacionales y sudamericanos.
Los luchadores
Gerardo Oliva practica lucha desde 2011, cuando tenía 11 años. Estudia Educación Física en la Universidad Nacional Federico Villarreal. Su padre es afiliado al Sindicato de Trabajadores en Construcción Civil de Lima y tiene un buen futuro en la lucha.
Geraldine Sánchez Semorile, de 17 años y 56 kilos, estudia en el Instituto Arzobispo Loayza para ser visitadora médica, y entrena desde hace dos años. Campeona Sudamericana en lucha libre femenina, llegó aquí gracias a una amiga. “Sueño con ser una gran deportista y viajar a varios países. Practiqué otros deportes, como vóley y básket, pero me llama la atención luchar”, dice.
Bryan Cruz Palacios, de 18 años y 96 kilos, es hijo de un maestro albañil. Campeón Sudamericano y bronce en Panamericano de lucha libre, ingresó a la lucha por invitación de Gerardo Oliva. Vive cerca, estudia Administración en IDAT.
Eduardo Oliva siguió a su hermano Gerardo en la lucha. Tiene 16 años, es campeón sudamericano en lucha grecorromana, y con sus 53 kilos de peso quiere ingresar a “la vida militar” y especializarse en una carrera.
Jennifer Milagros Pacheco Vásquez, de 15 años, estudia en el colegio Jorge Basadre del distrito. “Ingresé en este lugar por los juegos de niños y vi que estaban practicando lucha e ingresé”, señala. Subcampeona sudamericana en 2015, categoría 52 kilos femenino, su padre es obrero de construcción sindicalizado. “Me gustaría seguir en este deporte. Nunca lo pienso dejar”, afirma.
María Sulca Quispe, de 16 años, llegó aquí para las clases de baile, en vacaciones, y un día que la profesora de baile no vino, el portero le dijo que podía ingresar a cualquier deporte. “Al principio, mi papá no me dejaba, pero el profesor habló con él. Me gusta la unión entre todos”, comenta.
Giovanni Carrasco Tapia, 17 años, entrena hace 2 años aquí. “En el colegio escuché a unos amigos que les dolía el brazo por entrenar. Me dijeron ‘Tú no, chato. No vas a poder’, y fue un reto. De los diez amigos, yo solo me quedé”, recuerda.
En medio de la realidad
“Cuando yo ingresé al deporte, con bajos recursos, en esos tiempos yo jamás hubiese pensado pisar otro país o la universidad, menos San Marcos. Sabía que nunca iba a estar en una pre San Marcos. Para mí, ingresar a la Universidad fue un cambio brutal en mi pensamiento”, señala el profesor Apaza, quien ahora enseña a alumnos que tal vez estén pasando por lo mismo que él pasó cuando le tocó ingresar a la lucha.
Lo mejor para él es que los alumnos, por medio de algo que les gusta, pueden ir escalando socialmente, ingresar a la Universidad, conocer otros países y culturas, entre otras cosas.
En junio, diez luchadores de este semillero participarán en el Campeonato Nacional de Lucha Olímpica, categoría Escolares (13-15 años). En julio, Alessandro Rodríguez Palacios (16) participa en el Campeonato Panamericano de Cadetes en Argentina. En agosto, Aseth Sánchez Huaroto (13), Jiacomo Yaranga (14) y Ana Lucía Álvarez (14) nos representarán en el Campeonato Panamericano de Escolares en Chile.
El gestor
Sin embargo, hay un personaje que falta en este recuento de campeones. Paul Sobrado Nunta, campeón sudamericano y panamericano de Lucha Olímpica, encargado actualmente de la administración del local. Hijo de trabajador en construcción, fue el impulsor de este semillero de la lucha olímpica desde hace 7 años, tocando diversas puertas en busca de apoyo económico para representar al Perú en competiciones internacionales. La Federación Peruana de Lucha Olímpica y el Instituto Peruano del Deporte no querían solventar sus gastos. Paul se vio en la necesidad de recurrir por ayuda y, como hijo de obrero de construcción civil, encontró ese apoyo en los dirigentes sindicales.
Paul es ahora psicólogo deportivo formado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Dirige este semillero ubicado en el sector 6, grupo 12, manzana Q, lote 1. Zona Construcción de VES. Próximamente formará el Comité Deportivo Distrital de Villa el Salvador, con el objetivo de fomentar el deporte en menores y jóvenes y ser representantes de los Juegos Panamericanos 2019 del distrito.
Fuente: Diario UNO